lunes, 27 de julio de 2009

ahora mismo

Ahora mismo... ¡Qué plenitud en este instante, qué hondura en el presente!
Supera cualquier imaginación, cualquier sospecha, hasta cualquier deseo!
En efecto, cuando se abre el secreto de la Aurora, de ese único nacimiento que se renueva en el centro del alma, no hay ya palabras, ni lenguaje alguno capaz de expresarlo.
Silenciosamente se abre camino una convicción, una luminosa certeza, encendida en el mismo origen, en la misma fuente, en el don recibido, en el don que sabemos recibido. No hay ya pruebas... ¿Para qué? ¿Cómo puede ocurrírsenos probar lo más con lo infinitamente menos?
El silencio es aquí el gran maestro. Porque, desde luego, el silencio acoge, es capaz de recibir. Cuando todo calla hay algo que se descubre. ¿Cómo decirlo? Hay Alguien que vive y de su Vida nos arriba todo. ¿Todo? Allí nacemos...
Soñamos, frecuentemente, con lugares y parajes, más allá de los cercos que parecen envolvernos. ¡Cuánto soñamos! Añoramos los mayores espacios, esas dimensiones que continúan, que se van, siempre más allá. ¡Ah! Anchura y solemnidad del mar, inacabables llanuras, insospechados cielos... ¿Cómo consolarnos? ¿Cómo aceptar –así nomás- esos límites nuestros, que tantas veces nos ahogan?
Y sin embargo esos ilimitados horizontes, aquellas montañas tan altas, caminos que siguen y nunca acaban... ¡son pequeños, muy pequeños, poquísima cosa, frente a las dimensiones del alma y del espíritu, abiertas en nuestro corazón!
Pero somos tan necios ¡que les restamos realidad! ¡Ah mezquindad de todos los días! Ya no somos capaces de desvelar el rostro escondido, que es el más grande de la realidad.
Los más bellos claustros del mundo, levantados por la generosidad y la magnanimidad de los Padres, son un pálido reflejo de ese incomparable e inconmensurable claustro del alma, paraíso de la soledad, atrio del templo de Dios, guardado en el silencio del corazón. Y si la picota de nuestros días, manejada por los demoledores de todos los tiempos, ha pretendido borrar esos pilares de piedra, testigos de eternidad, permanecerá y permanece el infinito tesoro del templo y de su claustro escondido, no como añoranza del alma, sino como verdad y realidad encendida en nuestra misma sangre.
Rescata, en tu corazón, ese tu deseo profundo, que te regala Dios. Vuelve sin cesar a ese instante que es ahora, donde puedes recogerte y entrar en el retiro de tu alma en el mismo Espíritu del Señor.
No estás lejos de donde has estado siempre... ¿No puedes VER más allá? ¿Tantas necedades resuenan por esos laberintos, que pretenden encerrarte, que olvidas lo más nítido, transparente y esencial?
¿No sabes que más está al alma donde ama que donde anima? Pues es tiempo de tenerlo bien presente, para no perderse en zonas indignas de atención y de amor... Cuando vas de camino y te cansas y te fatigas, sabes que es propio del caminante, del peregrino, sufrir el rigor de ciertos andares y de tantos trayectos y aventuras. Pero el cansancio no hace ni genera el andar. Sabes que es posible, como consecuencia, padecer el calor de la jornada, pero no abandonas tu viaje por eso. Y tu viaje no es eso.
Permanece, pues, firme y confiado. Recuerda la palabra del Maestro Eckhart: “ninguna obra exterior es tan perfecta que impida la interioridad”. No temas, ni te desanimes. Nada ni nadie puede apartarte del Amor de Dios.
Alberto E. Justo

sábado, 25 de julio de 2009


permanece y ahonda

Admirados por la maravillosa libertad que el Señor nos regala, vamos a leer un aforismo de Gustave Thibon, que cita Gabriel Marcel, al finalizar el capítulo "Yo y el otro" de su "Homo Viator" y que dice así:
"... Concluyo esta conferencia con un aforismo de Gustavo Thibon, (...) que me parece traducir admirablemente esta exigencia de encarnación a la cual la persona no se puede sustraer sin traicionar su misión verdadera, sin perderse en los espejismos de lo abstracto, sin reducirse paradójicamente a una determinación indigente de este yo que ella pretendía falazmente desbordar en todos los sentidos.
'Te sientes constreñido. Sueñas evasión. Pero defiéndete de los espejismos. Para evadirte no corras, no huyas. Más bien excava este lugar estrecho que se te ha dado: allí encontrarás a Dios y todo. Dios no flota sobre tu horizonte, duerme en tu espesor. La vanidad corre, el amor excava. Si huyes fuera de ti mismo, tu prisión correrá contigo y se estrechará con el viento de tu carrera: si te adentras en ti mismo, ella se ensanchará en paraíso'."

miércoles, 22 de julio de 2009

acerca del "monaquismo interior"

Leemos en el libro que el Archimandrita Sophrony escribió sobre San Silouan el Athonita: "Muchos jóvenes le consultaron con frecuencia el camino que les aconsejaba seguir en su vida. (...) El último consejo era el más raro, pues el Stárets pensaba que ya había llegado la época predicha por el Padre Estratónico, en la que muchas personas "instruidas" se convertirían en monjes en el mundo; juzgaba que, de modo general, las condiciones en las que la forma del monaquismo había existido a lo largo de los siglos pasados se habían vuelto desfavorables, pero que las vocaciones y al atractivo hacia el monaquismo existirían siempre.
"Notamos en el Stárets la firme convicción de que la vida espiritual, es decir, una vida en oración y ascesis, animada por una fe profunda, era superior a cualquier otra forma de vida. Así, aquel a quien le había sido concedida, debía, como por una perla preciosa, sacrificarlo todo, incluso los estudios." Archimandrita SOPHRONY "San Siluoan el Athonita". Madrid 1990.P.62.
Y Olivier Clément, hablándonos de las persecuciones, dice lo que sigue: (...) "De este modo se multiplicaron los "monjes secretos" que realizaban, en Cristo, el descenso a los infiernos. Es profética la intuición de Dostoevskij que nos muestra al starets Zosimo devolviendo al mundo a Alësa Karamazov, que quiere hacerse monje. El "monaquismo interior" (...) existe (...) también por la decisión deliberada de grandes espirituales, que pidieron a sus discípulos que permanecieran en el mundo, siendo al mismo tiempo hombres de oración, de silencio, hombres de una presencia significativa." O. CLEMENT "Surcos de luz". Burgos 2005. P.88

martes, 21 de julio de 2009

una carta de Séneca...

Leemos en la Epístola 124 a Lucilio: "¿Quieres tú, dejando de lado aquellas ocupaciones en las que es necesario que seas superado -toda vez que te empeñas en actividades que te son extrañas-, retornar a tu bien propio? ¿Cuál es éste? Por supuesto, una alma recta y pura, émula de Dios, que se eleva sobre las cosas humanas y que no coloca nada de lo suyo fuera de sí misma. Eres animal racional. ¿Cuál es, pues, tu bien? La razón perfecta. Impúlsala hacia su perfección, haciéndola crecer en gran manera hasta la medida de lo posible.
Considérate feliz cuando todo gozo nazca para ti de tu interior, cuando al contemplar las cosas que los hombres arrebatan, codician y guardan con ahínco, no encuentres nada, no digo ya que prefieras, sino que desees conseguir (...)"

lunes, 20 de julio de 2009

siempre de camino

No es nuestro propósito detenernos en ninguna parte. ¿Para qué? ¿Parte de cuál “parte”? No nos responden las “partes”, ni los “lugares”, ni las “jornadas horarias”… Que todo se da porque ya está dado. Que todo es… porque ES. ¡Descubrimiento incomparable!


Las “sensaciones” pueden constituir un engaño de grandes proporciones. Pretendemos esto o aquello y, tantas veces, con el justificativo de una sana distracción o de una expansión o descanso, equivocamos el camino.
Entonces es urgente acelerar los pasos. Y de ninguna manera volver atrás, sino “dejar” sin detenimientos. Es un tanto paradójico, pero es así.
¿No acabamos de convencernos que todo lo llevamos muy dentro con nosotros? Dicho de otra manera: ¿puedo escapar de Dios o esconderme de Él? Es simple y directo. Pues entonces, a seguir sin más.
El enemigo hará todo lo posible por acabar con nuestra marcha y dejarnos atascados, sin poder avanzar.
Pues nada de hacer caso a las dudas o a los miedos. Nada de indignaciones ni de lamentos de ninguna especie. Sigamos, son los pasos del Señor.

En horas de decadencia y de ruina, de descenso y de desconcierto, más de una vez quedaremos perplejos ante lo que pasa a nuestro lado. Más de una vez nos pesará este camino que llevamos. Y, muchas veces, gemiremos por hallarnos en él o se nos ocurrirá seguir otro, arrepintiéndonos de éste que llevamos.
Pero olvidamos que el camino es uno… No hay alternativas antojadizas. Es éste que trazamos desde siempre y que no es solamente “nuestro”, por decirlo de alguna manera.
Es el “camino del Señor”, es Su Senda por la que vamos. Es con Él y en Él y, también, por Él, a causa de Él, desde Él. En su Corazón, en su Silencio, presentes a su Presencia.
Y su Presencia es insospechable, inimaginable, inabarcable. Es Presencia… Y ¿qué más? ¿Te atreves a definir, a explicar, a empequeñecer, a errar? Siendo tan maravilloso… deja, deja a Dios que sea Dios. Sólo Dios en Dios.

No es tiempo de analizar demasiado. Descansa ahora mismo ¡ya! Tú sabes qué es. No hay ecos ni indicaciones. Nada de carteles, ni de avisos. Tampoco llegan cartas o mensajes por el medio que sea.
Cuando hay semejante silencio, nuestra liberación se aproxima. No son necesarios más signos, de esos que se levantan y luego, enseguida, caen. Aquí hay Alguien que “es más que Salomón” y es hora de atender en silencio.



Atiende bien lo que te diré ahora mismo: sepárate sin temor de todo. Despréndete y deja caer por ahí, donde no sabes. Deja que el Señor solo entre en tu corazón y en tu casa. Cuando menos lo pienses lo descubrirás presente. No puedes sospechar su cercanía. No interesa tampoco detallar nada. Silencio y quietud.



No tienes que mudarte, ni trasladarte a ningún lugar de este planeta. Ni de ningún otro. Quédate donde estás ahora y acepta que el Señor te elija y elija este remoto y desconcertante paraje. ¿Qué sabes de él? Desde luego que muy poco o nada. Nadie te llama a los análisis que acaban por enredar y ligarte prisionero… Reposa en el Corazón de Cristo-Jesús que es tu morada y tu vida. Reposa y vive en su Espíritu.

Yo sé que preferimos aquellos océanos, que parecen no tener confines, cuya profundidad no puede ser medida. Pero el Señor llama a muchísimo más. No hay puertos, ni ensenadas. No hay lugares. El desierto interior no puede ser representado por nada, ni siquiera por él mismo.

No tienes que viajar a ninguna parte para que el Señor te adentre en su Corazón. No tienes que mudarte ya… Se abre una puerta, que es la de tu alma… No preguntes más.

No desconfíes. No empañes la fe. Arrójate. Simplemente eso.

Muchos son sobremanera inconformes. Hubieran podido tener familia mejor y, tal vez, amigos ejemplares, como no son los que tienen ahora. Otros lamentan la pérdida de oportunidades o equivocaciones del pasado. O temen otras en el futuro.
Pues nada de eso. Las ilusiones no nos entregan la verdad de las cosas. Nada mejor que una vida que se desarrolla, con sus altas y sus bajas, en la presencia de Dios. ¿Dudas de la misericordia? Recupera el sentido profundo: la Misericordia es propia de Dios. Reedifica permanentemente tu vida y tu camino por las sendas que se abren, que Dios abre para ti.
Ahora medita en silencio y comienza a valorar tus horas en modo nuevo.

Pero siempre hay… lo más alto. Y la sorpresa será mayor cuando sepamos que es lo más simple. Hemos pretendido apurar los caminos y nos hemos hallado, frecuentemente, con resultados muy inferiores a los que aguardábamos. Sin embargo esta “espera”, este aparente detenimiento, es una condición de nuestro adelantamiento, que no puede ser medido por lo que acostumbramos en este mundo.

Alberto E. Justo

domingo, 19 de julio de 2009


Proverbios y leyendas del Maestro Eckhart

(13) "Lo más alto que el espíritu puede alcanzar en este cuerpo es que tenga una morada constante fuera de todo en todo. Que deba morar fuera de todo quiere decir que debe morar en un estado de seperación y en una pura libertad de sí mismo y de todas las cosas. Pero que deba morar en todo quiere decir que debe morar en un silencio constante, es decir, en una presencia interior, en su imagen eterna, allí en donde la imagen de todas las cosas brilla en la unidad." (MAESTRO ECKHART "El Fruto de la Nada". Siruela, Madrid, 2001.P146

jueves, 16 de julio de 2009

¿Conquistar el Santo Grial?

Deseamos llegar a destino. El Desierto parece no tener fronteras, ni límites, ni indicaciones, ni señales de ningún tipo. ¿Errantes, pues? ¿No sabes que el Santo Grial está "dentro"? ¿Qué buscas por allí lejos? Fíjate en esto:
"PARSIFAL: ¿Qué es el Grial? / GURNEMANZ: No debo decírtelo; /pero si tu también eres de los elegidos,/ su conocimiento no te será vedado./ Y mira.../ por lo que me parece reconocerte ya:/ no hay senda terrenal que conduzca a él / y no pueden recorrerlo, / sino sólo los que él mismo guía. / PARSIFAL: Apenas camino / y me parece estar ya lejos... / GURNEMANZ: Ya ves, hijo mío / aquí el tiempo se convierte en espacio. / Ahora presta atención y déjame observar, / si eres casto y puro (Tor und rein), / qué clarividencia puede serte revelada."
RICHARD WAGNER "Parsifal" Acto I

miércoles, 15 de julio de 2009


De las "Pláticas Espirituales" del Maestro Eckhart (3)

(17) Cont. "Así sucede también con el rigor de la imitación. Fíjate en cuál es la cosa en que puede consistir tu imitación (o seguimiento-nâchvolgen). Debes reconocer y haber observado cuál es la actitud que Dios te exige más que ninguna otra; porque en absoluto todos los hombres son llamados a recorrer un único camino hacia Dios, según dice San Pablo (1 Cor. 7,24). Si encuentras pues, que tu camino más cercano no corre a través de muchas obras externas y de grandes trabajos o privaciones -cosa que de ninguna manera importa mucho a no ser que el hombre sea impulsado especialmente por Dios y tenga la fuerza de hacerlo bien, sin perjuicio para su intimidad- si no encuentras, pues, nada de eso en tu fuero íntimo, quédate contento y no te preocupes mucho por ello. Ahora bien, podrías decir: Si no tiene importancia ¿por qué lo hicieron nuestros antepasados, muchos santos? Entonces reflexiona: Nuestro Señor les dio ese modo de ser y les brindó también la fuerza para hacerlo a fin de que pudieran perseverar con ese modo; (...) en tal actitud debían lograr lo mejor para ellos. Porque Dios no ha vinculado la salvación (...) a ningún modo especial. Lo que tiene un determinado modo, otro no lo tiene; (pero) Dios ha dado eficiencia a todos los modos buenos sin negársela a ningún modo bueno, porque un determinado bien no está en contra de otro. (...) No es posible que cada cual tenga el mismo modo y tampoco que todos los hombres tengan un solo modo, ni que un hombre tenga todos los modos, ni el de ningún otro."

"Pláticas Espirituales" del Maestro Eckhart (2)

(17) "La gente bien podrá sentirse presa del miedo y de la pusilanimidad frente al hecho de que la vida de Nuestro Señor Jesucristo y de los santos era muy rigurosa y penosa, mientras el hombre en este aspecto no es capaz de hacer gran cosa y tampoco se siente impulsado a hacerla. Por ende, cuando la gente se nota tan distinta en este aspecto, a menudo se considera muy apartada de Dios a quien -(según dicen)- no pueden seguir. ¡Que nadie haga esto! El hombre nunca (y) de ninguna manera debe considerarse alejado de Dios, ni a causa de un defecto, ni por una flaqueza, ni por ninguna otra cosa. Aun en el caso de que tus grandes pecados te desvíen alguna vez tanto que tú no te puedas considerar cerca de Dios, debes suponer, sin embargo, que Dios se halla cerca de ti. Porque el hecho de que el hombre aleje de sí a Dios implica un gran perjuicio; pues, aun cuando el hombre ambula en la distancia o en la proximidad, Dios no se aleja nunca, siempre permanece cerca; y si no puede permanecer adentro, a lo sumo se aleja para permanecer delante de la puerta."

De las "Pláticas Espirituales" del Maestro Eckhart

(6)" (...) aquel que anda por buen camino, en verdad lleva consigo a Dios. Mas, aquel que bien (y) en verdad posee a Dios, lo tiene en todos los lugares y en la calle y en medio de toda la gente exactamente lo mismo que en la iglesia o en el desierto o en la celda; con tal de que lo tenga en verdad y solamente a Él, nadie podrá estorbar a semejante hombre. ¿Por qué? Porque posee únicamente a Dios, y todas las cosas se le convierten en puro Dios. Semejante hombre lleva consigo a Dios en todas sus obras y en todos los lugares, y todas la obras de este hombre las opera sólo Dios; pues, la obra pertenece más propia y verdaderamente a quien es causa de ella que a quien la ejecuta."

martes, 14 de julio de 2009

textos del Maestro Eckhart

Dice así, el Maestro Eckhart, en el "Libro del Consuelo Divino": "Dice San Agustín que quien mejor comprende las Escrituras es aquel que, desnudo de todo espíritu, busca el sentido y la verdad de las Escrituras mismas, es decir, en el espíritu en el que fueron escritas o pronunciadas: el espíritu de Dios. Dice San Pedro que todos los santos han hablado en el espíritu de Dios. Y dice San Pablo: 'Nadie puede conocer ni saber lo que hay en el hombre sino el espíritu que hay en el hombre, y nadie puede saber lo que es el Espíritu de Dios y en Dios sino el Espíritu que es de Dios y que es Dios'. Y por eso dice con gran razón un texto -o mejor dicho una glosa-, que nadie puede comprender ni enseñar los escritos de San Pablo a menos que tenga el Espíritu mismo en el que hablaba y escribía San Pablo. Siempre lamento que personas de mente tosca que no están dotadas del Espíritu y que son totalmente insensibles al Espíritu quieran juzgar según su tosco entendimiento humano lo que oyen o leen de la Escritura dictada y escrita por el Espíritu Santo sin tener en cuenta que está escrito: 'Lo que es imposible para los hombres es posible para Dios'. Y también es válido en general y en el ámbito natural: lo que es imposible en los grados inferiores de la naturaleza es habitual y natural en los grados superiores."

lunes, 13 de julio de 2009


domingo, 12 de julio de 2009


No temas el "sufrimiento"

En un pequeño libro sobre el doctor Marañón escribe, lo que sigue, Laín Entralgo: "Pero la aceptación resignada del dolor posee, además de esa evidente importancia terapéutica, una profunda significación metafísica y religiosa, sólo perceptible por quienes creyentemente piensan que el sufrimiento no merecido no es un "absurdo", como hoy afirman algunos pensadores, sino "misterioso"; en definitiva, que el dolor tiene un sentido positivo, secreto y conjeturable dentro de la total economía de la vida humana. "Quien no hubiera sufrido, poco o mucho, no tendría conciencia de sí", escribió don Miguel de Unamuno. "En cuanto manantial de vida nueva y origen de nuestra perfección moral", añade Marañón, el sufrimiento del hombre "tiene un valor divino; y como la perfección moral tiene su fórmula suprema en el amor a los demás, y el bien que deseamos a los demás es ansia de que no sufran, el que sufre con alegría está gestando el que no sufran los otros hombres".
(...) "Es muy posible que en ese mundo de las generaciones que se suceden y no mueren, sino que viven, compendiadas las que pasaron en las que están viviendo, en ese mundo que queremos explicar con nuestros pobres sistemas filosóficos y cuyo sentido verdadero sólo conoce Dios, es posible que ocurran cosas tan extrañas como el que el hallazgo de una droga que suprime una jaqueca o la intuición de un acto quirúrgico que alivia un sufrimiento intolerable, no sean otra cosa que la lejana respuesta, plasmada ya en hechos tangibles en el gran alambique del tiempo, a unas horas de arrebato de un San Juan de la Cruz, cuando se complacía en sufrir, en apariencia por la fruición de sufrir, pero, en realidad, para comprender mejor el dolor de los demás."
(P.LAIN ENTRALGO "Gregorio Marañón, vida, obra y persona",Madrid 1966.Pp116-117.

sábado, 11 de julio de 2009


Proverbios y leyendas del Maestro Eckhart

(39) "El Maestro Eckhart pregunta quién es el hombre que ensalza siempre a Dios en sus oraciones. Y el Maestro Eckhart dice: a quien invoca a Dios en tanto que Dios, Dios lo exalta. Pero cuando se invoca a Dios y la intención es un bien mundano, entonces no se invoca a Dios, sino a aquello por lo que se implora a Dios, lo cual es tomarlo como a un siervo. Sobre esto San Agustín dice: todo lo que amas lo adoras, pues orar justamente y totalmente no es sino amar, y por eso lo que el hombre ama lo adora. Por eso nadie adora tan bien a Dios como el hombre que adora a Dios por Dios y nada tiene en su intención, sino a Dios." (MAESTRO ECKHART El Fruto de la Nada. Madrid 2001. P156)

viernes, 10 de julio de 2009

pequeña meditación

Sin otro título...

Percibimos el canto que continúa en lo profundo, en lo más hondo, donde los perfiles no se descubren como nuestro antojo lo quisiera.
Dice que no temas... No, amigo que ahora lees o que sospechas, no temas ni te juzgues derrotado. ¿Caíste por allí, por esos senderos perdidos y te pegaste un buen porrazo? Pues levántate sin más preámbulos ni trámite alguno. No te detengas en ningún lugar ni en el tiempo que sea. Deslígate, corta con energía las ataduras y sigue los pasos que llevabas. Te olvidarás del golpe... No lo dudes, eso ya pasó.
Sumérgete, nuevamente, en el silencio de tu corazón. Esto es: retorna a la ermita escondida, en medio de tu desierto. Ya lo conoces, ya estás en él. Desde siempre estás en él. Vive según ese mismo desierto te enseña: DESPRÉNDETE, suelta. Te hallas aún encadenado a un muelle en medio de la tormenta y con el agua agitada. Tu nave golpea una vez y otra vez contra el muro y, sin libertad, acabará por hundirse. Suelta esas amarras. Déjate llevar muy lejos. Abandona el muelle. En el desierto carece de sentido.
No prestes atención a los cantos de las sirenas. Aprende a no escuchar. Eleva los muros de tu jardín y de tu ermita. Son muchos los que se asoman por allí. Tú, nada; recupera el silencio, déjalo resurgir, olvidando y dejando...

¿Novedades?

Tal vez alguna sorpresa... Pero es hora de decir lo de siempre, la verdad de nuestra vida, descubierta en Cristo-Jesús. Desde lo más hondo llega esta palabra de salvación: calla y sufre, fortalécete en el mismo Misterio del Señor... Él es la Resurrección y la Vida.

Fr. Alberto E.

¿Más sendas en el silencio?

Éstas son al revés de lo que suponemos. Los caminos del silencio comportan siempre un retorno, volver a casa, a la Casa del Padre, al secreto siempre más profundo del corazón. No es hora de hacer "fuerza", ni de inventar "fervores". Es hora de paz y de coraje: atravesar de nuevo el dintel de la puerta que dejáramos atrás y adentrarnos allí mismo. ¿Comporta un retroceso? De ninguna manera. Comporta nacer de nuevo, cada vez. Dejar que el Verbo venga... ¡Ven Señor Jesús! O, quizá, cuando llama a la puerta entramos ahora nosotros con Él y en Él.
Si has juntado demasiados ladrillos, déjalos a un lado. Simplemente levanta en tu alma los muros de tu jardín. ¡Es hermoso este jardín! Ahora bien, tus sentidos no se procuren muros de materiales, aunque parezcan muy protectores. Tus sentidos han de disciplinarse y aplicarse, siempre de camino, al verdadero jardín interior. Cuando suenen esas lejanas trompetas, te dirás a ti mismo: -eso no es para mí, están muy lejos. Cuando algún grito cercano te desconcierte, dirás rápidamente, -Señor Jesús, ten piedad... Porque el silencio y la vida, porque todo es Él. Reposa en su Corazón, esa es tu casa, ese mismo, tu silencio.
Fr. Albertus